viernes, 25 de octubre de 2013

Dicen que la música influye en el ser humano, y es cierto. La música es como algo mágico, de alguna forma influye significativamente en tu estado de ánimo. Ayer me sentía estresada y cansada, luego me puse mis audífonos y me trasladé a otro mundo, fue increíble como pude transformar un rostro serio y abatido a uno sonriente; no tengo una explicación científica, pero creo que al escuchar música, en especial la de tu grupo o cantante favorito, te produce sensaciones que te hacen olvidar por un momento lo que te está pasando y simplemente es una gratificación tremenda.
En mi caso, la música forma parte de mi todos los días, es como un amigo/a para mi, de hecho me es más útil que un amigo de verdad porque un amigo de verdad te va a aconsejar e intentar ser empático (cosa que está muy bien) pero cuando escuchas alguna canción, te sientes identificada muchas veces y si te identifica quiere decir que te ilumina un poco, te da una solución o te aconseja; pero ¿cuál es la diferencia? que te sientes mejor y se olvida todo más rápido. Sucede lo mismo cuando tú haces la música, es una instancia de desahogo, puedes escribir tus canciones y expresar todo lo que quieras, y cuando alguien la escuche se sentirá identificado, verá que tiene o que siente lo mismo que tu pero ahora se sentirá de alguna forma más segura porque habrá alguien más que también pasó por lo mismo.
Personalmente, al pasar en constante relación con la música, influye totalmente en mi estado de ánimo:
Cuando me siento deprimida me da por escuchar Coldplay, se supone que me debería poner más triste pero me sucede al revés.
Cuando escucho Whatsername de Green Day me pasa algo, en el sentido de que me produce tristeza. Es una canción que al escucharla me trae recuerdos a la mente, buenos y malos; es como si me formulara todo un video clip en mi mente con esa canción, pero con mis propias vivencias, mientras que las demás canciones de la misma banda más bien me producen alegría pues son las que me acompañan todo el tiempo desde hace algunos años y cada vez que las escucho me gusta pensar que algún día no muy lejano pueda escucharlas en vivo, gritar, llorar, cantar, saltar y liberar todo los sentimientos que he guardado y que no he podido expresar en la oscura realidad de mi vida diaria.





                                                                                                   Indifferent Gril

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